Introducción


"Hay que detenerse un momento, y mirar al cielo en vez en cuando, y darse cuenta de que A VECES, tienes que hacer las cosas AHORA...
en vez de más TARDE... porque LUEGO... LUEGO puede ser dentro de un montón de años y LUEGO, puede ser ya demasiado TARDE... y lo siguiente a NÚNCA... JAMÁS."

a la libertad...

a la libertad...
Todo lo que no ha salido de mi jaula se encuentra en cursiva

Mi MODISTA ALEGRIA

miércoles, 19 de noviembre de 2014


Vaya hermoso taller
tiene mi modista.
Lo tiene junto al cielo,
lo visito cada día.



Mi modista de la alegría,
me anima mucho la vista,
me la alegra con sus curvas,
entretiene  mis pupilas.

Los alfileres,
los ajunta concentrados.
Y las agujas,
también concentradas, 
en pie de guerra,
todos juntos, todas juntas,
en un pequeño cojín,
anticuado cojín de arena.

Va tirando de mis sisas,
y sus manos acarician
el blanco cuello
de mis camisas.
Más abajo, sólo coge 
el doble
a mis perneras.

Yo tiemblo...
más de una vez
me ha pinchado
al tomarme las medidas
de mis petos de trabajo.

Tiene un montón
de clases de tijeras,
pero están desafiladas.
Son incapaces de cortar,
mi desagradable ira,
mi enorme mala ostia.

Busca entre patrones
y cuando encuentra el mío,
me dibuja con su tiza
en mi rostro sombrío,
una blanca sonrisa,
sonrisa de un desvarío.

Aprovecha todo,
retajos, botones.
Y con las costuras
de sus pezones,
hace arreglos,
arreglos de mis descosidos.

La modista de la alegría
me esta haciendo un visillo
para que me pueda ver por dentro,
pero que nadie más me vea,
pues en el fondo soy muy feo
en el fondo de mi mar, 
adentro,  muy adentro,
en lo alto de la montaña
ateo, muy ateo.

La modista ama a un sastre,
el sastre de mi locura.
Y éste sólo viste,
a unos tocinos señores
que viven en mi cabeza.

La modista es amada,
querida por el sastre,
pero a veces,
en un despiste,
sin que se de cuenta
me dibuja mil sonrisas,
con los huevos, con las yemas,
de una futura y exquisita tortilla.


El sastre sospecha,
desconfía,
y ante la duda,
ese alfayate,
bufón demente,
ya no me fía.

El muy jo puta me grita:
"para el poeta basura,
ni una triste camisa" 
"Tendrá que ir en pelotas
a visitar a otra querida"

Con el paso del tiempo,
la modistilla ya no se acuerda,
de mí y de mi mala ostia.
Sus tijeras en una caja
esperan que me pierda.

Y perdido debo de estar,
pues no encuentro a nadie
con unas buenas tijeras,
que de un tajo corte,
toda mi ira, toda mi cólera,
toda mi mala ostia.

Y si aparece alguien,
tan sólo espero,
que los agujeros
de mis bolsillos
no me los zurza,
y así por ellos caiga
toda esa puta rabia.

Y si aparece alguien,
que me irradie ternura,
con su mirada.
Que me rompa el visillo,
si no le agrada.

Y si aparece alguien,
que sea la tuerca que me falta,
la tuerca de mi tornillo.
la tuerca que de mí disfruta.

De momento sólo aparecen
los tocinos señores
que riendo me dicen al oído,
"Tú estás loco, chiquillo"
Y yo les respondo:
"Pero si tan sólo pido...
un noble corazoncillo."


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