Introducción


"Hay que detenerse un momento, y mirar al cielo en vez en cuando, y darse cuenta de que A VECES, tienes que hacer las cosas AHORA...
en vez de más TARDE... porque LUEGO... LUEGO puede ser dentro de un montón de años y LUEGO, puede ser ya demasiado TARDE... y lo siguiente a NÚNCA... JAMÁS."

a la libertad...

a la libertad...
Todo lo que no ha salido de mi jaula se encuentra en cursiva

¿QUIERES un PONCHO?

lunes, 5 de enero de 2015

¿Quieres un poncho?
No me pregunta,
casi me obliga.
Esta Dorita...




Que bien se está 
en su cadiera,
que buen apoyo
da su madera.

Duerme mi codo
en su prezosa.
Que buen apoyo
donde se aposa.

Mullido asiento
da a mi pandero,
la suave piel
de su cordero.

Pascuala, chica...
¿donde te vas?
No te levantes
de donde estás.

La Bisabuela,
tiene en sus campos
lindes y arrugas,
surcos trillados.

Corteza y pliegues
primos hermanos,
regalan años
a estos ancianos.




Contando círculos
de árbol cortado,
noventa y cuatro.
Sigue sumando.

Cuatro generaciones,
del tronco hasta la rama,
cuelga el pequeño chito,
la pequeñita Ainara.

La pequeña no hará
la colada en el río.
Ya la lavo la abuela
en el invierno frío.

Y antes la bisabuela
con jabón fabricado.
Grasa, sosa, agua y sebo
en caldero lisiado.

Ainara, primera nieta 
del pastor del Sobremonte.
Su madre María Ángeles
en un cuento le recuerda,
que lo simple no se pierda,
que el abuelo y su nobleza
se mudaron a otra aldea.

Son cuatro generaciones,
nosotros de espectadores.
Y por mis ojos ve Ángel,
y por los tuyos ve tío.

Alumbradas por la hoguera,
de la abierta chaminera,
me escoltan cuatro sonrisas:

La bisa,
la abuela,
madre e hija.

Pascuala,
Dorita,
María Ángeles y Ainara.

Y de entre todas
siempre con prisa,
 la gran sonrisa...
... la de Dorita.

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