Ahora que tengo alas

Cuando era un gusano

mi pensamiento se ataba,
al deseo de tener alas.
A soñar que volaba.

"No conseguirás volar".-
mi alrededor musitaba-.
También me lo dictaba
el crujir de mis mil patas.

Encabronado, 

me encerré en mi celda

dentro de una crisálida

a escribir versos de vida.

Versos de hada madrina 

pa lanzarlos, pa tirarlos

pa adornar algún día

mi puñetera rutina.

Y ella mientras,

paseaba por fuera.

Ella, sólo ella,

y su traslucido fulgor.

Me regalo su color,

por verla,

por salir a verla,

las alas me crecieron,

Saliendo del capullo, 

siéndolo.

Así comenzó mi vuelo 

como una luciérnaga.

Y entré en lo que fue mi casa

a una habitación por su ventana.

Revoloteando por paredes

de azul cielo, azul pastel

y donde hubo un cuadro

me confiesa su azul cobalto:

"Los juguetes se han marchado

y de seguro que no volverán.

Pero si por algún casual volviesen,

a tus niños ya no olerán."

Adiós azul, te creo.

Yo sí que vuelvo, siempre vuelvo.

Vuelvo al bosque, vuelvo al río, 

vuelvo al monte, vuelvo a la mar.

Y vuelvo a esa playa de arena

para intentar encontrar

su mensaje de pena

dentro de una botella 

Y cuando lo encuentro,

que putada, el mensaje
del náufrago enviado,

yace dentro mojado.

Debió entrar el agua 

en el interior del vidrio.

La carta debió gritar

la tinta se puso a llorar.

Adiós amiga, 

le dije a la mar

y su eco me acompaño

un poco más.

Con mis alas voy surcando

sueños de esperanza y bienestar

Y los sueños, de esperar,

se me tornan caminos para andar.

Yo sigo volando por el cielo

paseando por los sueños,

que cuando más disfruto
es despierto cuando duermo.

Y cuando tengo alas

que las tengo

gasto el tiempo

sin pensar en nada,

Y cuando tengo alas

que las tengo

no me ajuntan

ni mis hadas.